Vélez sufrió más de la cuenta para obtener un triunfo que necesitaba como el agua. El 2 a 1 final contra Arsenal tuvo los condimentos épicos que hacen difíciles de olvidar este tipo de partidos: poco antes del cierre, bajo la lluvia y con un golazo de otro partido.

Pero antes hubo un desarrollo en el que el Fortín arrancó con todo y abrió la cuenta a través de Santiago Castro de cabeza, a los 12', tras maniobra de Francisco Pizzini por la derecha. El propio Castro tuvo varias muy claras, que incluyeron un tiro por arriba casi en el área chica y otro frentazo casi en la boca del arco. 

Valentín Gómez dispuso de otras dos, pero el conjunto de Liniers, que en los últimos minutos del primer tiempo perdió el dominio, se fue con la ventaja mínima al descanso. 

Apenas iniciado el primer tiempo, al minuto, el recién ingresado Juan Bautista Cejas trepó como un rayo por izquierda tras una cesión desde el piso de Lautaro Guzmán y lanzó el centro rasante que Lucas Brochero convirtió en el empate, al anticipar a su marcador.

Ahí cambió todo y los nervios fueron el principal rival del equipo de Sebastián Méndez, que sufrió los embates de un Arsenal que se animó al ver tocado a su oponente y también la impaciencia de la gente, que pedía la necesaria reacción.

Los ingresos de Nicolás Garayalde y Gianluca Prestianni le dieron otra dinámica y frescura a un Vélez que encontró el alivio a través de un sablazo de derecha de Juan Méndez, desde la medialuna del área, que se clavó en el ángulo derecho y decretó el 2 a 1.

De ahí hasta el final, el local recobró el control y pudo hacerse de un triunfo imprescindible para tomar aire en la tremenda lucha por la permanencia.