La jornada de domingo tuvo como protagonista a la lluvia en el Área Metropolitana de Buenos Aires, y al momento del comienzo del encuentro la misma se acrecentó. Desde el primer minuto se notaba que la pelota no corría con facilidad y que se estancaba en algunos sectores del campo de juego.

Sin embargo, todos los jugadores estaban dispuestos a continuar con las acciones. A los 11 minutos el conjunto dirigido por Pablo De Muner abrió el marcador, tras una escapada de Abiel Osorio por el sector izquierdo que definió Matías Miranda con un potente remate.

Minutos después del gol, Lamolina le consultó a los capitanes qué querían hacer y estos decidieron seguir jugando. Pero a los 26 minutos la situación se volvió insostenible. Ningún equipo podía fabricar una jugada con claridad y la integridad física de los futbolistas se ponía en riesgo en cada pelota dividida; por eso el juez decidió suspenderlo.

Las acciones se reanudaron en la noche de este martes con un encuentro de dos tiempos de 32 minutos donde, ya con el campo de juego en mejores condiciones, el dueño de casa logró dominar los hilos y atacar con gran profundidad a un Halcón que estuvo lejos de las sólidas actuaciones en previas jornadas. 

Pese a lo que fue la tónica del juego, la visita tuvo la chance de ampliar su ventaja gracias al cabezazo de Ezequiel Cannavo, aunque el 2-0 parcial se anuló debido a posición adelantada. Nuevamente a un tanto de ventaja, en los minutos siguientes Platense volvió a coquetear con la paridad, pero ni en los minutos finales del primer tiempo ni durante toda la etapa complementaria encontró la forma de vulnerar la resistencia de la visita. 

La polémica estalló en el tiempo de descuento por una mano de Agustín Sienra por la que todo Platense clamó penal y Diego Ceballos llamó a Nicolás Lamolina a revisar la acción, donde el árbitro determinó que la misma no era causal de la pena máxima y reanudó con lateral, lo que desató la ira de todos en Vicente López y terminó por confirmar el 1-0 definitivo en favor del Halcón.