A Vélez le pareció injusta la desventaja y desde entonces se mantuvo al acecho del empate. El que casi lo logra antes de los vestuarios fue Francisco Pizzini, quien conectó un centro que superó a toda la defensa de Estudiantes y remató -algo exigido- por arriba con el arco vacío. Eso sin contar la pelota que se le escapó a Mansilla y que Zaid Romero evitó que se metiera en propia puerta.
La historia se complicó aún más para el Fortín a los 15 minutos del complemento, cuando pasaba poco y nada dentro de las áreas. Damián Fernández emuló lo que ocurrió en la semifinal contra Argentinos Juniors (dura patada de Braian Romero a Nicolás Oroz que le valió la tarjeta roja) y fue expulsado por un codazo a Edwin Cetré, pero en este caso con el 0-1 en contra.
El equipo de Liniers tenía todas en contra hasta que, en apen as cinco minutos, se produjo la inmediata reacción del joven Alejo Sarco, quien enganchó varias veces y sacó un zurdazo, con un desvío a la pasada, para el inesperado 1-1. En una jugada fuera de libreto, el ingresado -con apenas tres partidos en Primera División- hizo lo que no pudo Thiago Vecino en todo el partido.
El empate sirvió como una gran inyección anímica ante un desconocido y limitado Estudiantes que, para colmo, también se quedó con uno menos a raíz de la expulsión de Gastón Benedetti cuando Pizzini se iba al mano a mano.
Después, solo quedó tiempo para el tiro libre de Claudio Aquino y el grito de gol que no fue antes de un alargue en el que empujó más el Pincha, a pesar de las faltas de emociones y el polémico no ingreso de Mauro Méndez para los penales.
Ya en la definición, Mansilla se convirtió otra vez en figura al atajar los remates de Joaquín García, Santiago Cáseres y Álvaro Montoro, aunque Marchiori también hizo su trabajo. Así, Estudiantes conquistó la estrella número 16 de su historia.