En 120 segundos, los ladrones disfrazados de policías amenazaron a las empleadas, las obligaron a darles todo y huyeron. El hecho quedó grabado y la Justicia investiga para dar con los sospechosos.
Segundos antes de las 7 de la mañana, dos hombres vestidos de policías golpearon la puerta de una joyería en el centro de San Justo. Tenían un papel en sus manos, al parecer una orden de allanamiento, pero en realidad eran ladrones que se disfrazaron y simularon un operativo.
“Están todos robados”, les dijeron a las tres empleadas que había en el comercio y, en solo segundos, huyeron con objetos de valor. La increíble secuencia ocurrió en la calle Ignacio Arrieta al 3200, en una cuadra en la que se concentran varias joyerías.
Tras simular un allanamiento, cuando lograron ingresar al local, los aparentes policías redujeron a las empleadas que estaban recién levantando las persianas.
En ese momento, uno de ellos les dijo: “Están todas robados” y otro gritó: “¡¿Qué tocaste ahí?!”. “No toqué nada”, respondió la joven. El otro delincuente se levantó la campera, le mostró la culata de un arma de fuego y ordenó: “Para el fondo”.
Ante la violenta amenaza, llevaron a las tres empleadas a una oficina que está detrás del mostrador y las obligaron a darles todo lo que tenían. Allí, en un bolso negro, los ladrones cargaron todo en 120 segundos y escaparon.
El hecho quedó registrado en las cámaras de seguridad del negocio, en las cuales se observa cómo los delincuentes vestidos con una campera azul y las siglas PFA que caracterizan a la fuerza de seguridad federal ingresaron al local armados.
Pablo, el dueño de la joyería, lamentó el robo y detalló que es la segunda situación que le ocurre en los últimos años: “En 2020 lo perdí todo. Lamentablemente no nos aseguran a las joyerías, obviamente por los montos, entonces lo que nosotros tratamos de hacer es esto: tener alguien que nos cuide en la puerta, que nos proteja, sabemos que nunca hay personal para cuidarnos”.
En relación a la cantidad de dinero robado, sostuvo: “No puedo calcular cuánto perdimos, estamos hablando de oro, de joyas, es mucho”.
“Las chicas están muy mal, son las que se llevan la peor parte. Hay una que vivió los mismo hace dos años y medio y otra vez la agarraron a ella”, aseguró respecto al estado de sus empleadas tras el robo.
Asimismo, reclamó: “Seguramente esas cosas (por las joyas) no las vuelvan a vender o se venden en otros lugares, o se funden, se hacen lingotes, y se van para afuera”.
Interviene en la causa el fiscal Carlos Bianchi, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 3 de La Matanza, que ordenó las primeras pericias para establecer las identidades de los sospechosos.