El partido comenzó de la mejor manera para Quilmes, porque de entrada lo fue a buscar, y luego de una jugada colectiva, a los 4 minutos Camilo Machado se llevó la pelota en el área, Hernán Lópes puso la mano y el juez dio penal. A los 6, el mismo Machado definió contra el palo derecho y puso el 1 a 0.

El Cervecero era más, complicaba con la velocidad de Machado y de Julián Bonetto, más la movilidad de Mauro Molina. De a poco, San Martín comenzó a hacerse dueño de la pelota, se adelantó en el campo y fue en busca del empate. Llegó a los 13 minutos con un remate de afuera de Nicolás Sansotre pero tapó bien Matías Budiño.

A los 24 volvió a llegar San Martín, con un centro al área, dos cabezazos, el último de Hernán Pellerano, y Budiño apareció otra vez para tapar en dos tiempos. La tercera no fue la vencida, con un remate de afuera de Milton Céliz, y salvó de nuevo Budiño.

Quilmes jugaba demasiado atrás ante un San Martín que dominaba y llegaba, pero con la solidez de la defensa y la seguridad de Budiño, lograba mantener la diferencia. Así continuó hasta que se fue el primer tiempo. Hasta ahí, la victoria parcial del Cervecero quizás era demasiado premio.

AUMENTO, CERRO LOS CAMINOS Y JUSTIFICO EL TRIUNFO

En la segunda etapa, San Martín volvió a salir decidido a buscar el empate, pero Quilmes se paró más adelante, armó una línea de cinco defensores, no dejó grietas y se plantó bien para la contra. A los 7 minutos, Axel Batista tuvo que entrar por Camilo Machado, que se retiró con una molestia muscular.

El Cervecero se cerraba bien y salía de contra, y a los 12 minutos, por esa vía, aumentó: pelotazo largo de Rafael Barrios, la pelota rebotó en la espalda de Nicolás Sansotre y le quedó servida a Mauro Molina, que le dio de zurda y abajo, contra el palo izquierdo, para poner el 2 a 0. A partir de ese momento,

Quilmes comenzó a justificar la victoria. Porque San Martín se adelantó todavía más, quedó expuesto y fue a buscar sin claridad a un Cervecero que no se desconcentró nunca, que no dejó un hueco por cubrir y que, cuando recuperó, estuvo cerca de aumentar de contra.

A los 22, otro lesionado, Molina, tuvo que salir para dejarle su lugar a Tomás Blanco, y un minuto después, Federico González entró por Julián Bonetto. San Martín seguía yendo sin ideas y Quilmes desperdiciaba contras como para golear. Una la tuvo a los 30 minutos, cuando Federico González quedó mano a mano con el arquero Darío Sand contra la izquierda, pero el uno ganó el duelo.

A los 32, otra: desborde y centro atrás desde la izquierda de Axel Batista, Martín Ortega apareció solo en el área y remató por arriba. Quilmes estaba más cerca del tercero que San Martín del descuento, pero ni una cosa ni la otra pudo llegar y el partido se iba a ir 2 a 0.

UN TRIUNFO PARA VOLVER A CREER

Quilmes ganó bien. Se encontró con la ventaja en un partido parejo y después por un rato la pasó mal, jugó en su campo pero la solidez defensiva (gran partido de Rafael Barrios y Matías Cortave) y de su arquero (Matías Budiño estuvo muy seguro) evitaron el empate de San Martín.

En el complemento, El Cervecero fue más inteligente, se paró mejor, cerró los caminos y cuando tuvo la pelota la manejó bien, aunque desperdició algunos contraataques como para terminar la historia en goleada.
 

Triunfazo en la vuelta a la Copa Argentina después de cinco años y Quilmes pasó a los 16avos, donde lo espera el ganador de Rosario Central y Sol de Mayo de Viedma. Pero lo más importante fue que cortó una racha de ocho partidos sin ganar, que el equipo no cometió los errores infantiles que venía teniendo, que hubo buenos rendimientos de jugadores que no venían jugando y que, de algún modo, se respaldó en cancha al cuestionado DT Leandro Benítez. Y de cara a lo que viene, no es poco.