El "Xeneize" superó por 4 a 2 a Lanús. Para el local marcaron Marcelo Weigandt, Agustín Almendra, Luis Vázquez y Cristian Pavón (penal); mientras que para el "Granate" anotaron Ignacio Malcorra y Diego Braghieri.
Boca Juniors recuperó a su gente en la cancha, después de casi 580 días de restricciones por la pandemia de coronavirus, y también se reencontró con un nivel de juego más que elogiable, lo que le permitió ganarle a Lanús, por 4-2, en partido válido por la 15ta. Fecha de la Liga Profesional de fútbol (LPF).
Boca fue protagonista desde el arranque, más allá de algunas vacilaciones, a partir del espacio que el entrenador le otorgó a sus jóvenes promesas, a los “pibes” reclamados por el soberano que desbordó las tribunas del Alberto J. Armando, a pesar de un aforo que indicaba una cantidad tope de 28 mil personas como mucho.
Lo cierto es que el elenco ‘granate’ facturó en su primera llegada: desborde del chico José Manuel López y llegada por el centro de Malcorra para colocar la pelota, abajo, junto al poste derecho de Rossi (22m.).
Pero Boca, empujado por su gente, empezó a dar vuelta el desarrollo con juego, a partir del criterio que exhibió la mayoría de sus futbolistas.
Desde los pies del colombiano Edwin Cardona (se retiró lesionado en el entretiempo) surgieron las primeras pinceladas de un aceitado circuito futbolístico. Y así llegó el empate, a los 31m., cuando el número 8 metió un centro para la cabeza de Weigandt, que estableció el 1-1.
Un rato después, otro pibe como Almendra se animó a rematar con campo libre y colocó la pelota, junto a un poste, haciendo estéril la estirada del arquero Morales. Boca ganaba 2-1 a los 38 minutos y prometía seguir jugando en territorio contrario.
Es que Lanús (26 puntos), de funcionamiento desparejo en lo que va del torneo, sufrió horrores cada vez que lo atacaban y dejó en evidencia los desacoples que suele tener como equipo cada vez que sus mediocampistas no hacen pie.
El ingreso del pibe Aaron Molinas (por Cardona) terminó de volcar definitivamente el desarrollo en favor de un combinado xeneize, que consiguió el tercero por medio de Vázquez, luego de un nuevo error defensivo visitante.
La entrada de Cristian Medina le dio al equipo un perfil más juvenil para que los hinchas se rompieran las manos aplaudiendo y gritando “Vamos, vamos, los pibes…”. Aunque a veces, los chicos…
Una distracción defensiva del fondo auriazul le permitió al juvenil Agustín Rodríguez lanzar un centro y el zaguero Braghieri, de arremetida, puso el 2-3 en la pizarra. Un resultado ilógico, a partir de los méritos de uno y otro.
El equipo de Luis Zubeldía, envalentonado con la posibilidad de abrazarse a una igualdad que no estaba en los planes ni por asomo, merodeó el área local y estuvo cerca con un remate de De la Vega que cubrió Lisandro López en su camino hacia el arco.
Ya en tiempo de descuento, una corrida de Weigandt (otro de los destacados de la noche) fue sancionada con falta de parte del árbitro Pablo Echavarría. La ejecución, a cargo de Pavón, representó el cuarto gol de Boca, que vivió un nuevo romance con su gente, como no pasaba desde marzo del año pasado, antes de que la pandemia hiciera eclosión.