
El Mellizo firmó su contrato con el Fortín y fue presentado en conferencia de prensa. Promete potenciar juveniles y recuperar el brillo del campeón 2024.
Guillermo Barros Schelotto se convirtió este martes oficialmente en el nuevo entrenador de Vélez, que arrancó su año muy torcido tras consagrarse en 2024 y en el que recientemente logró alejar los fantasmas con dos triunfos seguidos en un breve interinato de Marcelo Bravo.
Flanqueado por el presidente Fabián Berlanga, el mánager Ricardo Álvarez y el coordinador de fútbol Sebastián Pait, el Mellizo se mostró entusiasmado con el desafío que le permite volver al fútbol argentino tras seis años y dejó en claro su premisa: recuperar el espíritu del campeón de la Liga Profesional en un proceso basado en potenciar juveniles.
"Para mí es un orgullo estar en el lugar donde estuvo Carlos Bianchi, uno de los técnicos que más me marcó en mi carrera. Estar donde arrancó él es notable", fue la primera frase que pronunció el DT como carta de presentación, invocando al ídolo del Fortín.
"Me interesó el proyecto de volver al fútbol argentino de desarrollar juveniles para pelear contra cualquiera y armar ese proceso, porque Vélez tiene unas inferiores muy buenas. Me gustó y llegamos a un acuerdo rápido", repasó.
"Tenemos que recuperar el equipo que fue campeón. Vamos a ser un equipo que salga a atacar, a ganar, juguemos acá o en otro lado. El desafío es poner a Vélez en el nivel que terminó el año pasado o todavía más alto y con una base de chicos", resumió.
Acerca de las dudas que despierta su figura en una parte de los hinchas del Fortín que recuerdan sus fuertes enfrentamientos con Gimnasia o Boca en los '90, el Mellizo pidió: "Que reciban bien al equipo, eso es lo mejor para el entrenador, que apoyen y alienten en el partido con Riestra. Uno quiere que desde el campo contagiemos al hincha, pero ellos también pueden contagiar. Vengo a dar lo mejor de mí para dejar a Vélez lo más alto posible, como en Gimnasia, Lanús o Boca, que me maté por el equipo".
En otro momento, cuando le consultaron sobre su grado de madurez como entrenador ante este nuevo desafío, Guillermo respondió con una frase que podría aludir a sus tiempos picantes que le valieron el mote de enemigo en el Fortín: "Me imagino que estoy más maduro que cuando era jugador". Y cuando le hicieron una infaltable alusión a Boca, cortó en seco: "Estoy en Vélez y hablo específicamente de Vélez".