Los hechos ocurrieron entre agosto y diciembre de 2021, cuando el ganadero procedió a abrir un camino paralelo a la costa con una retroexcavadora. Según se detalló en la causa, eso afectó y destruyó numerosos nidos de pingüinos de Magallanes (una de las mayores colonias del mundo), lo que ocasionó la muerte de numerosas crías y la destrucción de huevos.

Además, el veredicto indicó que las obras realizadas por el empresario no contaban con los permisos de las autoridades correspondientes ni se habrían realizado estudios de impacto ambiental que habilitaran la realización del camino.



Vale recalcar que la fecha en la que ocurrieron los hechos es una época de alta presencia de la especie en el lugar, lo que produjo un daño presumiblemente mayor al que habría ocurrido en caso de hacerlo en otra estación del año.

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De esta forma, los magistrados concluyeron que con este accionar, el ganadero “afectó el hábitat natural de la especie del pingüino de Magallanes como así también si ello comprendió la realización de actos de crueldad animal por ocasionar la muerte de numerosos pingüinos de diversas edades”.

Los delitos en cuestión fueron encuadrados como daño agravado (art. 184 inc. 5 del Código Penal) y la figura de crueldad en los términos de los artículos 1° y 3° Inciso 7° de la Ley 14.346 de Malos Tratos y Actos de crueldad a los animales.

La causa contó con diversos querellantes, como la Fundación Patagonia Natural, Greenpeace Argentina y la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas (AAdeAA).



Matías Arrigazzi, biólogo e integrante del equipo de campañas de Greenpeace Andino sostuvo. “Este caso es un hito para la justicia ambiental y la protección de los pingüinos y la naturaleza. Esta masacre de más de un centenar de pingüinos, que despertó gran indignación de la ciudadanía, hoy recibe justicia. Este hecho constituye un antecedente histórico que, esperamos, siente las bases para implementar políticas y acciones más estrictas que eviten futuros atentados contra los animales y el ambiente”.