(Por Pedro Alberto Urueña) Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888) dijo: “El cultivo de los árboles, conviene a un país pastoril como el nuestro, porque no sólo la arboricultura se une perfectamente a la ganadería, sino que debe considerarse un complemento indispensable”. Y agregó: “La Pampa es como nuestra República, tala rasa. Es la tela en la que ha de bordarse una nación. ¡Es necesario escribir sobre ella Arboles! Planten árboles!”.


Entre los ejemplares del mundo que introdujo en nuestro país, está el eucalipto, originario de la Isla de Tasmania (Australia). 

El quilmeño Andrés Baranda (1800-1880), quien vino en su niñez con su familia desde Cantabria (España), en su adultez perteneció activamente al liberal Partido Nacionalista, “progresistas”, que contaba entre otras figuras a Sarmiento, de quien era amigo.


Éste le entregó a Baranda semillas de eucalipto, quien las hizo germinar en distintas fincas, ya que esta especie se adaptó bien a nuestro suelo.

Se señalaba que era admirador y sincero seguidor de Sarmiento y su obra. De él adoptó el afán por la forestación. Esta particularidad motivó que los quilmeños de la época lo apodaran “el árbol de la buena sombra”.

Cuatro de esos ejemplares aún se conservan en la esquina de Camino General Belgrano y Avenida San Martín de Villa La Florida, donde se colocó un cartel de hito histórico.


Es lamentable que vándalos hayan arrancado el texto del cartel.
(Fuente: Chalo Agnelli)