Los hechos ocurrieron el 25 de febrero de 2013, cuando tres individuos violaron y asesinaron a la pequeña, debajo de las instalaciones del Pejerrey Club; además la empalaron provocándole lesiones de tal entidad que derivaron en su deceso.

En primer instancia; el Tribunal en lo Criminal N° 1 de Quilmes había condenado en marzo de 2016 a uno de ellos a prisión perpetua por los delitos de “abuso sexual agravado por acceso carnal, calificado por la participación de dos o más personas, y coautor del delito de homicidio agravado para ocultar el delito cometido y procurar la impunidad”.

Dichas circunstancias motivaron que la defensa interpusiera un recurso de casación, rechazado por la Sala IV del Tribunal de Casación Penal de la provincia de Buenos Aires. El caso atravesó todas las instancias de la justicia provincial y llegó en queja hasta la Corte Suprema de Justicia de la Nación.



En las últimas horas la Corte, con la firma de Horacio Rosatti, Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti, se desestimó su planteo.

EL CASO QUE CONMOCIONÓ A LA REGIÓN
Con los votos de las juezas Silvia Etchemendi, Marcela Vissio y Florencia Butiérrez los homicidas eran sentenciados en marzo de 2016 al máximo de pena que fija el Código Penal. Las características de los hechos resuenan hasta hoy por lo aberrante de las circunstancias que derivaron en el fallecimiento de la niña.

Pocas veces en el Departamento Judicial Quilmes se escuchó en un juicio oral un relato tan contundente como el del médico que realizó la autopsia y que recordaba que en décadas de ejercicio profesional nunca había visto “lesiones de tal entidad”; ése fue uno de los testimonios más crudos del debate y uno de los elementos de cargo que resultaron en el veredicto de condena para los hermanos acusados y otro sujeto.

Yanela Ludmila Medina desapareció durante la mañana del domingo 24 de febrero de 2013, cuando salió de su casa, ubicada en el barrio Santa María de Berazategui, donde vivía con sus padres y 10 hermanos, para hacer unas compras para una vecina.

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Jamás regresó y el 2 de marzo de ese año encontraron su cadáver en el río, atado con alambres y envuelto en una bolsa de consorcio, en avanzado estado de descomposición. La investigación derivó en la detención de cuatro sospechosos en Florencio Varela, uno de los cuales, por ser menor, en 2015 fue llevado a juicio, pero terminó absuelto por falta de elementos de prueba; mientras que los otros tres fueron sentenciados al máxima de pena.