Luego de varios allanamientos la Policía logró dar con diez personas involucradas, que serían los acusados de hacer la droga.
Agentes del Departamento Investigaciones Especiales, de la Superintendencia de Investigaciones Federales, detuvieron a diez personas de nacionalidad boliviana que manejaban una cocina de cocaína en la localidad de Ingeniero Budge, Lomas de Zamora.
La investigación se inició a principios del año pasado a raíz de numerosas denuncias recibidas en el Juzgado Federal Nº 1 de Lomas de Zamora relacionadas a la venta de drogas en el barrio “El Tongui”.
Analizadas las denuncias, los efectivos federales, pudieron determinar a simple vista que una familia boliviana estaría involucrada en estas maniobras de comercialización, notando también que en los últimos tiempos se fue acrecentando sus patrimonios en dicho barrio, como ser la compra de propiedades y vehículos.
Esto puso en alerta a los Federales por lo que enfocaron su atención a los movimientos que estos extranjeros realizaban, pudiendo establecer que efectivamente se trataba de una comunidad boliviana liderada por una pareja, quienes tenían a su disposición una estructura bien conformada, integrada en su mayoría por sus hijos y familiares, subordinados a estos principales personajes.
Avanzada la investigación e individualizados sus cabecillas, los investigadores intervinieron rápidamente sus teléfonos, notando con sorpresa que toda las conversaciones mantenidas, las cuales podrían desasnar las maniobras delictivas narco; las realizaban en el dialecto originario del “Quechua” para no ser descubiertos, disimulando las comercialización mediante la venta de conejos.
Pero esto no fue obstáculo para la justicia, ya que los investigadores contaban con un traductor de esa lengua, lo que les permitió avanzar en la causa y comenzar a establecer los roles de cada miembro dentro de la organización, como ser aquellos que se ocupaban de la elaboración, del acopio, la comercialización y la distribución a los distintos puntos del conurbano bonaerense, como ser Villa Celina, La Reja, Moreno, Lomas de Zamora, y abasteciendo también a clientela de la Villa 1-11-14 de la Ciudad de Buenos Aires.
La estructura narcocriminal se encontraba integrada por al menos 8 personas cuyos roles se encontraban bien establecidos en cuanto a los jefes, la logística, los encargados de la elaboración del producto químicos, y los distribuidores de la droga en los distintos puntos ya establecidos por los jerarcas.
De las tareas realizadas por los investigadores en zona de Ingeniero Budge, una de ellas fue la más impactante ya que solo la cercanía a uno de los domicilios denotaba un fuerte olor a diluyente que emanaba de ese depósito, por lo que podría tratarse de un lugar para la elaboración de la droga, siendo conocida en el diccionario narco como “COCINA”.
La denominada “cocina”, es el lugar donde se lleva a cabo la última fase del proceso de elaboración de la cocaína. La transformación, mediante el estiramiento con precursores químicos, de la pasta base en cocaína, luego se la seca, se la pesa, se la estira y se la empaca. La próxima estación es la del tráfico.
Ya en la recta final de la investigación, efectivos pusieron en conocimiento de todos estos avances a la Justicia Federal quien le encomendó llevar acabo 19 allanamientos los que permitieron dar con la mencionada “cocina” donde se elaboraba la droga como así también la detención de 10 personas, de nacionalidad boliviana, que integraban la organización narcocriminal.
Durante los allanamientos que se llevaron a cabo en varios puntos, de la localidad bonaerense de Ingeniero Budge, Lomas de Zamora, Villa Celina, Moreno y en la denominada Villa 1-11-14 de la Ciudad de Buenos Aires se logró el secuestro de más de 8kg de pasta base, más de 5kg de clorhidrato de cocaína, tambores y bidones con precursores químicos para el estiramiento de la droga (ácido clorhídrico y sulfúrico, éter y acetona), una cocina industrial, un revolver calibre 22, dos autos, más de dos millones de pesos, dólares y pesos bolivianos.
Los detenidos fueron trasladados a la Alcaidía de la Superintendencia Federal de Investigaciones de la PFA, situada en Madariaga 6976 de la Ciudad de Buenos Aires, donde quedaron alojados en calidad de incomunicados a disposición de la Justicia Federal.