Carlos Alberto Fasiolo Urli, gerente administrativo del Sanatorio Modelo Quilmes, se retiró tras más de 40 años de servicio. Días atrás sus compañeros, amigos, colegas, y empleados le hicieron una despedida que lo conmovió y sorprendió grandemente.

En diálogo con PERSPECTIVA SUR, este respetado profesional hizo un balance de su gestión, al que evaluó como “altamente positivo, tanto en lo personal como en lo organizativo empresarial, dado que el Sanatorio Modelo Quilmes creció sin parar nunca”.

Al evocar sus comienzos en la compañía, Fasiolo destacó que fueron “interesantes, sobre todo el ver nacer y crecer a una gran empresa. También fue mucho trabajo, muchas novedades, mucha incertidumbre, algunos errores. Pero el resultado valió plenamente la pena”.



-¿Qué sería lo mejor que Usted le deja al Sanatorio y a la ciudad de Quilmes?
“Difícil contestar esto. Creo que lo más importante, más que el legado técnico, fue ayudar a crecer desde lo humano a la gente que me rodeaba, transmitiendo los valores éticos de la empresa”, apuntó Fasiolo.

¿Le quedó alguna deuda pendiente? “No, creo que  no”, dijo con seguridad. De ahora en más, liberado del tener que ir a diario al Sanatorio, piensa abocarse a otras actividades que le resultan placenteras, como “escribir, leer, estudiar, dictar algún curso, y seguir ligado a la Universidad Nacional de Quilmes”, donde se desempeña como profesor titular de la carrera Administración Hotelera.

-Si tuviera que resumir en una sola palabra su experiencia profesional en el Sanatorio de toda una vida, ¿cuál sería esa palabra? “Serían dos palabras: inigualable y envidiable”, finalizó.