El hecho ocurrió en una pescadería ubicada en Mitre y Hernández, cuando una mujer atendía su comercio y apareció un presunto cliente. Tras preguntarle por un precio, el sujeto le robó el teléfono a la trabajadora, y luego le exigió el dinero de la caja registradora.

En un momento dado, el delincuente se acerca y le da un beso en la mejilla a su víctima, tras lo cual se le oye decir: «Lo necesito, ma; ya sé que no puedo pero lo necesito». «Quedate tranquila», le dice para despedirse, a lo que la mujer responde: «Si, yo me quedo tranquilo pero no podes hacer esto».