Estudian la mutación de un gen que ocasiona un tipo de obesidad severa en niños y adolescentes
Se estima en más de 20 mil la población infantil de la Provincia que podría estar afectada por esta patología. El estudio recibió financiamiento de la Comisión de Investigaciones Científicas de la provincia de Buenos Aires.
Un grupo de científicas lleva adelante un estudio pionero en el país para detectar mutaciones en un gen encargado de regular la ingesta de alimentos. La alteración en este gen representa una de las causas más frecuentes de obesidad monogénica.
Las expertas estiman en más de 20 mil la población infantil afectada por esta patología en la provincia de Buenos Aires. En el sistema de salud, esta población está subdiagnosticada, los tratamientos convencionales suelen fracasar y, entre otras cosas, buscan conocer la prevalencia de la enfermedad para la posible generación de nuevos fármacos.
Liderado por Florencia Di Rocco, investigadora de la CIC, un grupo de científicas del Instituto Multidisciplinario de Biología Celular (IMBICE) impulsó en 2018 un estudio precursor en el país que se enfocó en la obesidad monogénica, específicamente sobre la mutación del gen MC4R. Hasta el momento, en el mundo se han reportado alrededor de 300 mutaciones de este gen; en Argentina este equipo de científicas halló 3 tipos de mutaciones en un estudio realizado sobre 78 pacientes del Hospital de Niños de La Plata. Ahora, con financiamiento de la Comisión de Investigaciones Científicas de la provincia de Buenos Aires, las expertas ampliarán el estudio a otros 120 pacientes en busca de otras posibles mutaciones y una mejor estimación de la prevalencia de la enfermedad.
“En la obesidad común, denominada poligénica, hay un componente genético, pero está principalmente determinada por factores ambientales, sedentarismo, ingesta de comida chatarra con poco valor nutricional y altas calorías: come más y gana peso. En cambio, lo que nosotros investigamos es una forma de obesidad que no es común”. Esta forma se denomina “obesidad monogénica”. “En este tipo de obesidad no incide el ambiente y el componente genético es altísimo”, explicó Di Rocco.
CÓMO DETECTARLOLa forma de detectar este tipo de obesidad es mediante un test genético por lo que, en general, no hay un diagnóstico sobre la población que padece esta patología. Esto lleva a que los tratamientos convencionales como dietas y ejercicios físicos fracasen, cuando en algunos países se está trabajando en fármacos para un tratamiento efectivo.
La mutación en el gen MC4R es una de las causas más frecuentes de obesidad monogénica. El Receptor 4 de Melanocortina (MC4R) es un receptor acoplado a proteína G que se expresa en el cerebro y regula la ingesta de alimentos. “Lo que hace es regular la sensación de saciedad”, aseguró la experta.
Por otro lado, la investigadora de la CIC explicó que este tipo de obesidad se manifiesta de dos formas: “En el caso de chicos que desarrollan esta obesidad lo hacen desde muy temprana edad: desde los primeros meses hasta los primeros años de vida y se manifiesta mediante una hiperfagia: un hambre voraz”.
La experta advirtió que “entre 3800 y 38 mil personas podrían estar padeciendo obesidad monogénica en la Provincia”. Y agregó que: “Es necesario identificar esos casos para que puedan ser tratados independientemente del resto que responden a la dieta, ejercicios y a los tratamientos convencionales”.
INVESTIGACIÓNEl estudio comenzó en 2018 sobre 78 pacientes. “Esperábamos en principio encontrar alguna de las mutaciones que ya se habían reportado en el mundo”. Hasta el momento en la literatura internacional se reportaron cerca de 300 mutaciones de este gen. “Lo que nos pasó es que las 3 mutaciones que hallamos no están reportadas. Probablemente se trate de mutaciones originadas en Sudamérica”, afirmó.
Ahora, el grupo de científicas avanzará en el estudio tomando nuevas muestras en 120 pacientes de 2 años a 14 que acuden a la consulta en el Servicio de Nutrición del Hospital de Niños de La Plata con sus padres. “Esto permitirá tener una mejor estimación de cuál sería la prevalencia de la enfermedad porque eso nos ayuda a decidir cómo debería hacerse el testeo”, dice Di Rocco.
“Cuando terminemos el estudio, conozcamos bien qué mutaciones están presentes en nuestra población y hayamos comprobado su efecto sobre el funcionamiento del MC4R veremos de qué forma podemos trabajar para empezar a ofrecer un test”, aclaró Di Rocco. También manifestó que “la idea es poder interaccionar con el sistema de salud, buscando transferir el conocimiento que generamos en el laboratorio a los profesionales del Hospital”.
Asimismo, Di Rocco aseguró que “la importancia de nuestro estudio reside en que se están desarrollando drogas para tratar este tipo de obesidad; y aunque esto es muy nuevo -aclaró la experta- hay algunas alternativas farmacológicas que en otros países ya han sido aprobadas”.
El trabajo se realiza en colaboración con el Servicio de Nutrición del Hospital de Niños de La Plata, del que participan las pediatras Julieta Hernández y Verónica Garrido. Además de Florencia Di Rocco, el grupo del IMBICE está integrado por Jesica Raingo, investigadora del CONICET; Estefanía Fernández y Clara McCarthy, ambas becarias del CONICET y Silvia Susana Rodríguez, personal de apoyo de la CIC. Para llevar adelante esta segunda etapa del estudio, el grupo recibió financiamiento de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia a través de la convocatoria Ideas-Proyecto 2021.