El partido comenzó con Quilmes cauto, defendía con línea de cinco y se cerraba ante un Ferro que tomaba la iniciativa. El conjunto de Caballito manejaba la pelota, jugaba en campo cervecero y era claro, tocaba, ganaba los rebotes y presionaba. El Cervecero, cuando recuperaba, apostaba a pelotazos a sus delanteros que terminaban en la nada misma. 

Así y todo, Ferro no podía ante la sólida defensa de Quilmes y no generaba peligro. Apenas un remate de entrada de Gonzalo Rodríguez que se fue apenas afuera, o más tarde, un centro atrás por bajo de David Gallardo que cortó Rodrigo Saracho con el pie. 

De Quilmes, en ofensiva, nada de nada. Apenas alguna corrida de Mariano Pavone o algún centro cruzado que no encontró a nadie. El primer tiempos se fue con un empate que hasta ahí estaba bien.

En la segunda mitad volvió a ser el local el que tomó la iniciativa y en su primera llegada se puso en ventaja. A los 2 minutos remató de afuera Hernán Grana, la pelota se desvió en Pier Barrios y descolocó a Rodrigo Saracho: 1 a 0. 

Quilmes inmediatamente reaccionó, lo fue a buscar con más gente y a los 9 lo empató, cuando tras un pase frontal de Rafael Barrios, Mariano Pavone aguantó la pelota en el área, giró y remató abajo contra el palo derecho: 1 a 1. 

El resto del encuentro fue entretenido porque los dos se animaron y fueron, aunque sin generar demasiado peligro.

Así, el partido se fue en un empate que fue justo y que deja la serie abierta para la revancha en siete días.

A PENSAR EN LA REVANCHA

El empate fue justo. Ferro fue más en el primer tiempo, manejó siempre la pelota aunque sin generar peligro, ante un Quilmes impreciso. En la segunda etapa, tras recibir el golpe de entrada, El Cervecero fue más, empató, jugó en campo rival, tuvo buenas combinaciones pero le faltó claridad en los últimos metros como para convertir el segundo.

El próximo lunes se jugará la revancha y allí Quilmes necesitará una victoria en el Estadio Centenario para meterse en la final, porque un empate lo volverá a depositar en la definición por penales.

Si el Cervecero se decide a ser el del segundo tiempo, y el entrenador plantea el encuentro adelante, con toques y proyecciones, y sin jugar al pelotazo sin sentido como en el primer tiempo en Caballito, hay esperanzas de pasar sin sufrir. ¿Se podrá? En la decisión de Facundo Sava y en la convicción de los jugadores estará la respuesta.