Las llamaradas y el humo que generaron los materiales en combustión pudieron ser vistos de varios kilómetros de distancia, alarmando a miles de personas.



Los Bomberos Voluntarios de Bernal trabajaron toda la mañana en el lugar, combatiendo el fuego, ya que se trataba de una superficie muy grande, de 100 por 50 metros, media manzana siniestrada. No se registraron víctimas.

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Recibieron colaboración de los demás cuerpos bomberiles del distrito, que armaron dos enormes piletas de lona donde volcaban el agua que traían con camiones cisternas, y que luego impulsaban con otros camiones bombas hacia las llamas, para extinguirlas. 



El trabajo posterior consistió en la verificación que no quedase fuego debajo de los escombros, y el apuntalamiento de la estructura que quedó irremediablemente dañada.