El Cervecero cayó anoche como local por 1 a 0 ante Patronato de Paraná, por la vigésimo séptima fecha del campeonato de Primera División. Los dirigidos por Cristian Díaz fueron más que su rival pero no les alcanzó.
Otra vez la misma historia. Esta vez, ante un rival tan limitado como el propio Quilmes, el conjunto de Cristian Díaz tuvo la pelota, fue protagonista, generó situaciones y fue mucho más. Pero Patronato acertó una contra y ganó el partido. Otra derrota para El Cervecero que lo deja con un pie en el descenso.
El partido comenzó con Quilmes decidido a ser protagonista, y de a poco se fue metiendo en campo rival ante un Patronato que esperaba y salía de contra. A los 4 minutos tuvo la primera, con un tiro libre pasado al área desde la izquierda, bajaron la pelota y tras un rebote, Maximiliano González definió por arriba del travesaño. El Cervecero era quien manejaba las acciones, desbordaba por ambas bandas y sólo le faltaba acertar en los últimos metros. Pero la visita inquietaba de contra, como a los 26, cuando Nicolás Bertochi recibió solo en el área tras centro desde la derecha pero definió afuera. Quilmes era un poco más, hacía buenas combinaciones y acertaba por las bandas, aunque la visita no se quedaba atrás con las contras y los pelotazos para sus delanteros. Y a los 37, en una de esas contras, Patronato se puso en ventaja. Pelotazo largo para Fernando Telechea, centro por bajo y Bertochi fusiló a César Rigamonti: 1 a 0. Si bien Quilmes era más, la visita venía avisando con los contragolpes ante un Cervecero que no retrocedía bien y así se puso arriba. Quilmes intentó reaccionar y a los 44 llegó muy claro, con un centro desde la derecha, taco de Jonatan Torres, le dio Maxi González y tapó el arquero Sebastián Bértoli de manera espectacular. Esa fue la última porque se terminó el primer tiempo. Una derrota parcial inmerecida, porque Quilmes hasta ahí era más.
LO METIÓ CONTRA UN ARCO PERO NO SUPO ACERTAR
En la segunda mitad, Rodrigo Contreras entró por Matías Sarulyte y pasó Adrián Calello a jugar como marcador central. Quilmes lo iba a buscar jugado, y más cuando a los 11 minutos, Marcos Maydana recibió la segunda amonestación y Patronato se quedó con diez. El Cervecero iba, y a los 12 llegó con un remate de Maximiliano González, tapó Bértoli y en el rebote Franco Negri la tiró afuera. A los 15, susto: centro al área, Torres desvió la pelota por encima del arquero, la empujó en offside sobre la línea Orihuela y recibió una patada de Iván Furios en la cara. El lateral tuvo que ser retirado del campo en ambulancia (ver aparte), reemplazado por Facundo Coria. A los 24, otro remate de afuera, esta vez de Gabriel Ramírez, y Bértoli volvió a tapar dando rebote. Un minuto después, otra: bajaron la pelota de cabeza en el área, de dio de bolea Federico Andrada y la pelota se fue apenas afuera. Quilmes era más y merecía largamente el empate. A los 35 y jugándose todo por el todo, Brandon Obregón reemplazó a Ismael Benegas. Federico Andrada tuvo otra, quedó mano a mano y tapó Bértoli. Un minuto después de nuevo el arquero visitante apareció, pero para taparle un remate a Negri. En tiempo de descuento, Facundo Coria cometió una falta no tan violenta pero el juez la vio para roja directa, y así los dos quedaron con diez. En los instantes finales Quilmes lo buscó lleno de impotencia y hubo tiempo para un remate de Andrada que tapó abajo Bértoli de manera increíble. Esa fue la última, porque el juez pitó y el partido se fue en derrota.
MEJORO Y MERECIO MAS, PERO EL RESULTADO FUE EL MISMO
La caída fue inmerecida porque Quilmes fue quien manejó la pelota en todo el partido, fue el único con intenciones de ganarlo y generó las situaciones más claras. En el primer tiempo con mayor precisión y mejor juego colectivo, en el segundo con más desorden y sin tantas ideas, ante un rival que se metió atrás con un jugador menos. Aún así, en el mejor partido de la era de Cristian Díaz, fue derrota. Porque este Quilmes pierde cuando juega mal, pierde cuando juega más o menos y pierde cuando juega de manera aceptable. Esta vez fue ante un rival limitadísimo, que se defendió en todo el partido, que acertó en un contraataque y trató de cerrar el partido. Y al fin de cuentas, lo consiguió.
Otra derrota más y quizás la más dolorosa, porque dejó a Quilmes con un pie en la Primera "B" Nacional. Esta vez con una mejoría en el juego que no alcanzó. A esta altura y luego del encuentro de anoche, si bien todavía hay chances matemáticas, la suerte del Cervecero parece estar echada.
