¿Qué sucedió concretamente? De acuerdo a los abogados del Xeneize, la cláusula de rescisión de 15 millones de dólares fue abonada desde una cuenta personal de Foster Gillet, empresario con el que el Pincha firmó un preacuerdo millonario que aún debe ser aprobado por los socios en la asamblea extraordinaria, accionar que está prohibido por el reglamento de FIFA.

Según indica el artículo 18, en la sección de transferencias, ningún tercero puede abordar la compra de la ficha de un jugador bajo su nombre y apoderarse de sus derechos, sino que obligatoriamente debe hacerlo el propio futbolista o en su defecto el equipo que lo contrata.

Ante la posibilidad de recaer en múltiples sanciones si no comunicaba esta situación, el departamento de legales de Boca rápidamente lo notificó en AFA para que tomen cartas en el asunto y se expresen al respecto.

Sin embargo, la versión que llega desde el lado de Estudiantes es que pagaron por cuenta y orden de Medina, es decir, que actuaron dentro del marco legal y que presentarán los documentos correspondientes para sustentarlo.

¿Cómo sigue la historia ahora? Si el ente que rige al fútbol argentino certifica que efectivamente existió alguna irregularidad en la ejecución de la cláusula de Medina, no permitirá que se concrete su salida de Boca rumbo a Estudiantes hasta que se subsane el error. Es decir, el Xeneize deberá devolver el dinero teniendo en cuenta que no tiene validez.

Aunque es una realidad que a esta altura quedó todo en stand by, a priori el pase no corre riesgo ya que con el simple hecho de que se gire el dinero como corresponde -si es que no fue así-, en otras palabras, desde la cuenta del conjunto platense o en nombre del propio Medina (los mecanismos avalados), la situación se resolvería y el volante de 23 años jugaría en el Pincha hasta mediados de 2025 como estaba estipulado.