(Por Leonardo Wagner*) Si bien se introdujo estos días el tema de restricciones del suministro de energía eléctrica para el verano 2025, los industriales sabemos que es una constante hablar de falta de energía en los períodos críticos de invierno y verano. Es más, vamos a comprar la pasta del domingo y en el local vemos sutilmente guardado un motogenerador para cubrirse de los apagones ‘estacionales’, por eso no es noticia lo dicho por el jefe de Gabinete Guillermo Francos, hoy contradicho por el secretario de Energía, Eduardo Chirillo.  

El asunto sube de escala por los incrementos de los costos de las factura de energía. El común denominador de las personas afirman que “encima que suben las facturas, no hay servicio”; bueno la situación deja en evidencia lo lejos que estamos en ordenar lo que fue uno de los mejores diseños de sistemas de generación, transporte y distribución de energía del mundo.



A no sorprenderse: En la segunda mitad de los años 90 teníamos algo muy bueno que, como todo, supimos romper de manera inimaginable al alterar a partir de 2004 todos los precios de Mercado Eléctrico Mayorista. En 20 años los argentinos destinamos un cuarto de nuestra deuda total –es decir, más de 130 mil millones de dólares- para pagar la energía más barata del mundo; anulamos la inversión en generación, transporte y distribución; lo que hoy tenemos es lo que se hizo hasta el año 2000; a partir de ahí, sólo se pusieron parches para poder continuar y cortar el suministro.

Los “llamados” a las empresa para que reduzcan consumo datan de 2005 y se sostienen a la fecha, los apagones generales trascurren año tras año, recordemos el Día del padre de 2019 se apagó el país ¿y qué hicimos? Nada.

Bueno, en una factura en la cual más del 40% son impuestos nacionales, provinciales y municipales, los recientes aumentos alcanzan mínimamente para cubrir el aporte que hace el Tesoro de la Nación al Mercado Eléctrico. Nada de lo que se paga de más se destina a inversión para mejorar la calidad de servicio, así que acomodémonos en nuestras butacas porque la película sigue por más tiempo.



SITUACIÓN PYME
Miren que grave e la situación que no obstante que el sector pyme en los primeros 5 meses del año ya perdió 40.000 empleos de las 92.000 bajas en el sector privado registrado. Y para fin de año podría esa cifra elevarse a 87.000, en el escenario más pesimista, según el Observatorio de Industriales Pymes Argentinas (IPA), habiendo cerrado más de 10 mil empresas y la capacidad instalada de consumo industrial de energía según el INDEC se ubica en el mínimo umbral del 57.9% del total (con datos de julio 2024). Con todo eso, no se llega a evitar las restricciones. Imaginemos si crecemos al 4 % anual.

La macro economía es el objetivo del gobierno nacional por lo que se ve en las medidas que adopta. 

Se afirma que si la macro mejora, se traccionaría la microeconomía; esto se define en breve. Lo que sí sabemos los industriales, es que quienes podamos llegar a la otra orilla nos vamos a encontrar con sustanciales aumentos de costos al momento de fijar el precio de venta, en un mercado internacional con dinámica cambiante por la tensión EEUU / China, con una nueva sequia, problemas graves de infraestructura, bajo índice de empleabilidad, dificultad para trasladar los aumentos de costo al precio generado pérdidas de margen

Por eso vamos a avanzar como siempre pero en una bicicleta con un solo pedal.

(*Wagner es integrante departamento de Infraestructura y Parques Industriales de UIPBA, director del departamento de Parques Industriales de la Unión Industrial de Quilmes, director del Parque Industrial La Bernalesa, de Valot SA y de Stratego Business Consulting)