Un innovador proyecto de la UNQ propone convertir telas y telgopor en materiales de construcción
Un proyecto colaborativo entre la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) y una cooperativa de recicladores en La Matanza está dando nuevos usos a materiales desechados como telas sintéticas y telgopor, transformándolos en chapas recicladas y aislantes térmicos.
Este esfuerzo, liderado por el Laboratorio Abierto de Innovación y Economía Circular (LabI&EC) de la UNQ,
busca no solo reducir el impacto ambiental de estos desechos, sino también generar valor económico y social para las comunidades involucradas.
El LabI&EC, dirigido por Sebastián Carenzo, se distingue por su enfoque en el trabajo colaborativo con las cooperativas locales, adaptando tecnologías y procesos a las necesidades específicas del territorio. Esta estrategia contrasta con las soluciones genéricas impuestas desde fuera, priorizando el conocimiento y las capacidades locales para desarrollar innovaciones tecnológicas viables y sostenibles.
En el ámbito textil, la cooperativa ha innovado en la
fabricación de tejas a partir de telas sintéticas y plásticos, utilizando maquinaria adaptada por ellos mismos. Este proceso no solo da una nueva vida a los materiales desechados, sino que también fortalece la economía local al crear productos de alto valor añadido.
Por otro lado, el proyecto ha abordado el desafío del telgopor, un material difícil de reciclar debido a su estructura y composición. Mediante un montaje desarrollado localmente,
la cooperativa desgrana el telgopor y lo transforma en perlas que son vendidas a empresas de construcción. Estas perlas se utilizan para alivianar el peso del hormigón y como aislante térmico, ofreciendo una alternativa sostenible frente al telgopor virgen.
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Un policía de la Ciudad mató a un delincuente que intentó robarle en CaballitoSegún Carenzo, investigador del Conicet, el proyecto no solo busca soluciones tecnológicas, sino también
promover un cambio social y ambiental significativo. A través del trabajo conjunto, se aspira a escalar estas soluciones innovadoras, considerando criterios socioambientales y comunitarios para asegurar un impacto positivo a largo plazo.
En resumen,
la iniciativa de la UNQ y la cooperativa en La Matanza no solo está transformando residuos en recursos útiles para la construcción, sino que también está empoderando a las comunidades locales para que lideren la innovación y la sostenibilidad en sus propios términos. Este enfoque integrador demuestra el potencial de la colaboración entre academia y sector comunitario para abordar desafíos ambientales y económicos con soluciones creativas y localmente relevantes.