Después de dos años de estar ese cargo vacante, la Comuna impulsa nuevamente la puesta en marcha de este espacio institucional. El último Defensor del Pueblo fue Adrián Carrascal, quien se desempeñó entre 2018 y 2020 de una manera poco lucida junto a sus tres adjuntos, Aleida Calvo, Jorge Cobos y Flavia D’Angelo. 

Cada uno de ellos representaba a un sector político distinto, lo que era todo un logro en materia de representatividad, pero su actuación pasó desapercibida para la ciudadanía que debían defender. Anteriormente, el Ombudsman era designado según las necesidades del mismo Departamento Ejecutivo, por lo que hizo poca diferencia en la vida institucional local.

Cabe mencionar que cuando se creó la figura del Defensor del Pueblo en el distrito, se había establecido en la ordenanza que su titular debía ser propuesto por la oposición, con la idea de generar un equilibrio político en el caso de que un vecino quisiera accionar contra la misma Municipalidad. Ese requisito fue anulado posteriormente, así como su autarquía presupuestaria, convirtiendo a la Defensoría del Pueblo en casi una dependencia más del Departamento Ejecutivo.

Desde entonces se perdió interés en este cargo, al punto de que dejó de funcionar estos dos años sin que se note su ausencia.

Por último cabe mencionar que el Defensor tiene asignado un salario igual al de un concejal, mientras los tres adjuntos y los secretarios cobran un 75% del sueldo de un legislador municipal.