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Manuel Jaramillo Dir. Fund. Vida Silvestre
10/12/2019
Si el desarrollo no es sustentable, no es desarrollo
La nueva gestión al frente del Poder Ejecutivo Nacional encabezada por el Dr. Alberto Fernández deberá enfrentar, como ocurre recurrente y lamentablemente en nuestro país, el desafío de promover el desarrollo económico equitativo, generar empleo genuino de calidad y cumplir con los compromisos generados ante los acreedores. Historia repetida, los argentinos y argentinas que nos encontramos cerca de los 50 años hemos conocido diferentes denominaciones para nuestra moneda nacional y sin duda podríamos asegurar que la cantidad de ceros perdidos en cada cambio ha sido proporcional a la degradación o a la perdida de nuestros recursos naturales renovables y no renovables.

Múltiples trabajos de diferentes organizaciones académicas y de la sociedad civil han dado cuenta de la pérdida de la capacidad productiva de nuestro país. Si complejizamos el análisis, podemos ver que las regiones donde más se ha degradado el ambiente, por ejemplo a través de la deforestación, coinciden con las que acumulan peores indicadores de calidad de vida para nuestros ciudadanos. Si la Argentina se ha recuperado, de las recurrentes crisis, ha sido gracias a su biocapacidad y al esfuerzo de quienes, desde diferentes sectores de la cadena productiva, comprometen su voluntad y capacidad para ello.

Todos necesitamos que esta vez sea diferente, que contemos con una política de estado nacional que articule federalmente con las autoridades provinciales, genuinas propietarias de los recursos naturales, en pos de promover el verdadero desarrollo sustentable. Saber que el Ambiente vuelve a tener nivel Ministerial en nuestro Gobierno Nacional, es sin duda un muy buen primer paso para ello.

Si el desarrollo no es sustentable, no es desarrollo. Es una trasferencia de recursos entre sectores de la cadena productiva y económica. Un verdadero cambio de paradigma implicaría reconocer que si una actividad no es sustentable, no puede ser rentable. Si se desconoce esto, siempre un sector terminará pagando la cuenta social y/o ambiental de ese mal desarrollo. El nuevo Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable necesita tener la capacidad política de articular virtuosamente con los demás Ministerios y disponer de los recursos necesarios para poner en valor su capital profesional y humano, a la vez que complementar los puestos y cargos necesarios para afrontar la amplitud del desafío al cual se enfrentará.

Entusiasmados con la jerarquización Ministerial del Ambiente y Desarrollo Sustentable en nuestro país, desde Fundación Vida Silvestre Argentina, cómo siempre hemos hecho, nos comprometemos a acompañar este gran desafío con toda nuestra disponibilidad y experiencia profesional.

Cuando Alberto Fernández fue elegido presidente le enviamos una carta con diversos pedidos. Uno era, justamente, que el Ambiente vuelva a ser un Ministerio en nuestro país. Pero no era el único ni mucho menos. La degradación de los recursos naturales está entre los temas más serios que enfrentamos y las medidas que se han venido aplicando en nuestro país aún no están a la altura de esta emergencia.

No nos queda más tiempo y no nos queda otro planeta.

Precisamos políticas de alto nivel con metas claras y ambiciosas, y un conjunto de acciones serias que permitan restaurar la abundancia de la naturaleza, para garantizar la prosperidad de la población mundial y de la naturaleza misma.