Unas 160 personas iniciaron demandas. Habían pagado por departamentos y recibirán menos del 30% de su valor.
La venta en una subasta judicial del edificio Estrella del Sur, conocido por todos como el Elefante Blanco, trajo alivio sólo a una parte de las 900 personas que habían invertido dinero por un departamento en el complejo.
Aunque algunos recuperarán una cifra inferior a lo invertido, para otros el proceso sigue, ya que iniciaron acciones legales contra los responsables del fideicomiso que dejó a medio construir el enorme edificio de Hipólito Yrigoyen al 550, en Avellaneda.
“En el contrato decía que en la cuota 60 nos entregaban el departamento y no lo hicieron. Por eso estamos haciendo una demanda civil por daños y perjuicios”, dice Maximiliano Coedo, uno de los adherentes al fideicomiso trunco.
El destinatario de la demanda es “Bapro Mandatos y Negocios y otros intervinientes en el fideicomiso”, explica Christian Cao, abogado y titular del estudio que lleva a adelante el reclamo de unos 160 adherentes.
Las acciones judiciales están presentadas en distintos juzgados de la Ciudad de Buenos Aires porque así lo establecía el contrato en el caso de alguna desavenencia entre las partes.
El reclamo es por “daños y perjuicios por incumplimiento contractual “ y lo que se pide es la restitución de lo invertido, más intereses y otros valores. En concreto, hay casos que demandan $300.000 y otros, $1.500.000.
Desde Bapro Mandatos y Negocios la mirada es distinta. Patricio Harte, gerente de Asuntos Legales de la entidad que llevó adelante el fideicomiso, asegura: "No tenemos conocimiento de esa cantidad de juicios. Seguramente hay algunos, pero no tantos y esto se puede comprobar en los estados contables de la empresa que son públicos". Y agrega: "Llamaría la atención que las demandas se iniciaran antes de conocer cuánto le corresponde a cada adherente".
Por otra parte, Harte dice que la obra se discontinuó porque una porción importante de los adherentes dejó de aportar.
El edificio de más de 900 departamentos y 700 cocheras comenzó a construirse en 2010 y en 2014 se paró la obra. En 2017 se pidió su liquidación judicial.
El jueves 4 de julio, después de dos intentos fallidos, se subastó por fin en US$10.050.000. El comprador en la subasta, Carlos Alberto Dayan, no anticipó aún los pasos a seguir con el complejo.
Del dinero de la subasta una parte se destinará a pagarle a los acreedores una fracción de lo invertido en el complejo. Pero será sustancialmente menor a los $600 millones que el juez de la liquidación aceptó como válidos.
Rodolfo Russo, adherente, cuenta tras el resultado de la subasta: “Estoy evaluando qué hacer. Eso incluye posibles acciones a seguir. Teniendo en cuenta el valor de la venta, no estaríamos recuperando más del 30% de nuestros créditos reconocidos judicialmente”.