BIENESTAR
26/11/2018
Los anteojos de sol son indispensables aunque esté nublado
Los anteojos de sol son indispensables aunque esté nublado
Y otros hábitos que debemos poner en práctica para cuidar nuestra visión
Desde que nos despertamos hasta que nos dormimos, los ojos funcionan a pleno rendimiento. A pesar de la importancia que tienen en el día a día, su buena salud no suele ser una de nuestras prioridades. Un error que puede pasar factura a lo largo de los años.

Para prevenir la discapacidad visual  basta con seguir unos sencillos consejos.

•    Usar lágrimas artificiales para evitar el síndrome del ojo seco 
Los ambientes resecos de los lugares de trabajo, el aire acondicionado, la calefacción y el uso de computadoras, tabletas y celulares pueden causar síndrome del ojo seco, los médicos aclaran: "A menor parpadeo, menor lubricación de los ojos y mayor sensación de fatiga ocular".

Este problema, que es la principal causa de consulta oftalmológica, se caracteriza por sensación de picor y arenilla, dificultad para abrir los ojos por las mañanas, visión borrosa, lagrimeo, ojo rojo e incluso dolor. Y puede suponer un empeoramiento en la calidad de vida de quien lo sufre.

Aunque no hay un tratamiento curativo para estos síntomas que supere a una buena prevención  el uso de lágrimas artificiales permite mantener la superficie ocular protegida y reduce el riesgo de queratitis (inflamación de la córnea) u otros signos de ojo seco. Y algo aún más básico, es bueno recordar que se debe parpadear con frecuencia cuando se usan estos dispositivos.

•    Leer con luz natural 
No todas las luces sirven para todas las actividades. Así, por ejemplo, para leer o estudiar lo ideal es que la luz sea natural o en su defecto la de lámparas que la simulen. Además, es aconsejable que la luz se proyecte en el papel sin que se produzcan sombras ni reflejos que dificulten la visión.
Para usar ordenadores, tabletas y móviles, los expertos recomiendan los ambientes con iluminación intermedia: ni luz excesiva que produzca reflejos desagradables ni oscuridad porque se pueden dilatar las pupilas, producirse deslumbramientos y dificultad para enfocar. Usar los celulares en lugares oscuros puede incluso llegar a desencadenar una ceguera temporal, según las conclusiones de una investigación publicada en el New England Journal of Medicine.

•    No fumar ni beber alcohol 
Que beber alcohol y fumar daña nuestra salud no es novedad. Estos malos hábitos también dañan nuestros ojos: El tabaco es un factor de riesgo para el desarrollo de catarata, degeneración macular y neuropatía óptica y añade su combinación con el alcohol aumenta los riesgos. De hecho, según un estudio publicado en el Periódico Británico de Oftalmología, las posibilidades de desarrollar degeneración macular son el doble en las personas que fuman que en aquellas que no lo hacen.

•    Descansar de la computadora cada 20 minutos 
El uso de ordenadores, móviles y tabletas es uno de los factores relacionados con el aumento de la prevalencia de la miopía. En promedio, este problema afecta a seis de cada 10 jóvenes de entre 17 y 27. Pero dejar de usar estos dispositivos no es una opción para la mayor parte de personas, aunque sí es posible descansar. Y sobre todo es necesario, si nuestro trabajo implica estar delante de una pantalla todo el día.

Debemos acostumbrarnos a practicar un hábito tan sencillo como la regla 20-20-20: Consiste en dejar de mirar la pantalla cada 20 minutos, para enfocar durante 20 segundos a un objeto que se encuentre a 20 pies (seis metros aproximadamente). Así, relajaremos la acomodación del ojo, aumentaremos el parpadeo y se reducirán los síntomas del esfuerzo ocular. Esta medida es aplicable tanto para los adultos como para los niños.

•    Usar anteojos de sol todo el año, incluso los días nublados 
Aunque la exposición a la luz solar sea una de las pocas formas de frenar la progresión de la miopía, también puede acarrear problemas para la vista. La radiación ultravioleta puede afectar a la córnea y la capa conjuntiva, provocando queratitis (inflamación de la córnea) y conjuntivitis: ojos rojos, visión borrosa y dolor y tiene un efecto acumulativo en nuestro cristalino y nuestra retina, siendo un factor de riesgo para desarrollar cataratas y envejecimiento prematuro de los fotorreceptores, es decir, las neuronas de la retina que convierten la luz en señales para nuestro cerebro. También estudios recientes mencionan que cada hora de sol implica un aumento de un 4% del riesgo de desarrollar alteraciones en la estructura del cristalino.

Por esto, igual que nos hemos concienciado de la importancia de cuidar nuestra piel, debemos proteger nuestros ojos de la exposición al sol. Y hacerlo es tan sencillo como llevar anteojos con filtros. No solo vale con usarlas mientras el astro brille y sea verano, también hay que ponérselas en las demás estaciones del año y no olvidarlas aquellos días nublados o lluviosos. Y tampoco vale cualquier gafa, sino aquellas que filtren el 100% de la radiación UVA y UVB.

En cuanto a su uso en lugares de interior iluminados de forma artificial, no es necesario. Las gafas de sol llevan filtros especiales y de diferente intensidad para protegernos de los rayos ultravioletas, con lo cual no tienen un efecto frente a otras luces. Salvo que, indica, la persona sufra fotofobia y esté más cómoda con ellas puestas.

•    Visitar al oftalmólogo una vez al año 
La mejor forma de prevenir el daño ocular es, sin duda, el diagnóstico precoz. Para ello, es indispensable visitar al oftalmólogo, porque no solo hay que pensar en los problemas de graduación, hay enfermedades muy graves como el glaucoma (una elevación de la presión intraocular hasta un nivel que produce un daño del nervio óptico) o la degeneración macular (una enfermedad degenerativa y crónica de la retina) que pasan desapercibidas y con un diagnóstico a tiempo pueden ser tratadas con los mejores resultados.
Lo que recomiendan ambas expertas es acudir al oftalmólogo una vez al año. Sobre todo si existen antecedentes familiares de enfermedades oculares, enfermedades sistémicas como la diabetes mellitus o la hipertensión o altas graduaciones.

Debemos acostumbrarnos a ir desde niños: La primera visita debe ser entre los dos y tres años y a los niños es necesario llevarlos cuando tienen problemas para ver el pizarrón o dolores de cabeza en el colegio.

•    Protegerlos con gafas o máscaras cuando vayamos a hacer bricolaje 
Un porcentaje importante de las urgencias que se atienden en el servicio de oftalmología de un hospital se debe a accidentes o traumatismos oculares. En muchos casos se trata de accidentes laborales, pero también pueden ocurrir cuando hacemos manualidades en casa o cuando practicamos deportes que puedan suponer un riesgo para nuestros ojos. Por eso es importante protegerlos mediante las gafas y máscaras adecuadas y cumplir al pie de la letra las normas de seguridad propias de cada actividad.
En caso de vernos en la situación de que se meta un cuerpo extraño en el ojo, es fundamental no frotarse los ojos y esperar a que la propia lágrima consiga expulsarlo. Si esto no ocurre, hay que acudir a un servicio de urgencias para solicitar atención médica adecuada y si lo que entra en el ojo es una sustancia química, debe hacerse un lavado con agua muy abundante durante varios minutos para intentar eliminar todos los restos del producto. Posteriormente la persona debe ser valorada por un oftalmólogo.
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