(Por Pedro Alberto Urueña) Cuando Eduardo Oller llega en 1946 a Villa La Florida como practicante médico en el Destacamento de la Policía Caminera, San Francisco Solano era un sitio inhóspito para vivir. Sus campos cubiertos de cardales eran dominados a voluntad por el continuo desborde del Arroyo Las Piedras, que tras las lluvias caídas en Longchamps, Almirante Brown, Florencio Varela y Quilmes, su torrentoso caudal inundaba grandes extensiones de la localidad, quedando aislado y haciendo imposible echar raíces. 



Eduardo Oller, fue el médico pionero en llegar y asistir a los primeros pobladores, a quienes el “doctor gaucho”, como le llamaban, les aseguró por lo menos la “salud” en medio del barro que los circundaba. Así, con su diario cuidado asistencial, Oller colaboró significativamente trayendo al mundo niños en sus propios hogares, cuando no pudo traerse a las madres a punto de alumbrar, en un carro tirado a caballo u otros medios. 



Desde entonces, Solano fue creciendo y con la ayuda de su gente, levantaron el Hospital Materno Infantil, pero Oller en vida contempló el inusual aumento de la población, vislumbrando que el nosocomio se transforme en Hospital General, sueño que no pudo cumplirse.