“Me llamaron diciendo que era mi nieto, y que como la plata iba a cambiar de valor, mi hijo me esperaba en el banco y que le pasara todos los números. Me dijo ‘estoy muy resfriado, por eso abuela no me reconoce la voz’. Yo le dije ‘venite a casa que yo no entiendo nada, porque estoy muy nerviosa’. ‘No pasa nada, abuela, quédese tranquila’, me dijo. Vinieron en un auto rojo, les abrí la puerta, y se llevaron todo, todo lo que tenía”, relató a PERSPECTIVA SUR, presa del llanto.

Su vecina del lado acudió a su llamado y fue a buscar a la policía. Posteriormente llamaron al SAME Quilmes porque la abuela sufrió un colapso nervioso por el disgusto.