En la tarde de este martes y por la fecha 14 del Torneo Clausura de la Primera División C, Claypole recibió en su estadio a Berazategui. Sin embargo, el partido tuvo que ser suspendido por el árbitro Adrián Rodríguez a los 36 minutos del primer tiempo.

La violencia siempre está presente en el fútbol argentino. De un modo u otro, ocurre un hecho que descubre una parte oscura de nuestra sociedad. Hubo un nuevo capítulo, esta vez, en el mundo del ascenso. En esta ocasión, el partido entre Claypole y Berazategui, correspondiente a la fecha 14 del Torneo Clausura de la Primera C, debió ser suspendido por graves incidentes.

Se trata de un encuentro con una histórica rivalidad. Berazategui está en el puesto 8°, con 20 puntos, mientras que Claypole se ubica 18°, con 16. El líder es Real Pilar, que suma 30.

Todo ocurrió cuando se jugaban 36 minutos del primer tiempo, instante decisivo en el que un grupo de hinchas del conjunto local se subió a un alambrado, se metió en una zona prohibida e ingresó a la zona del estadio donde estaban los allegados del conjunto visitante. En realidad, la barra de Claypole literalmente cruzó toda la cancha para atacar a los dirigentes, familiares y hasta los suplentes de Berazategui.

Agredieron a todas las personas que estaban en ese pequeño sector, hasta al presidente Roberto “Mata” Rodríguez, que sufrió un corte en su oreja izquierda. Lo más triste, dentro del bochorno general, es que el dirigente está en silla de ruedas, lo que hizo más dramática la escena.

Inmediatamente, los futbolistas de Berazategui abandonaron el campo de juego para auxiliar a sus familias y en medio de ese caos, cayó una pedrada sobre Nicolás Pizarro, defensor del conjunto visitante.

Ante esta dramática situación, el árbitro Adrián Rodríguez Núñez tomó la lógica decisión de suspender el encuentro que se disputaba este martes en el estadio Rodolfo Vicente Capocasa, con capacidad para unos 4000 espectadores. Según se supo, Claypole recibirá una durísima sanción.

Se trata de un clásico zonal, que tuvo el peor final. El partido no había tenido goles, pero eso, lógicamente, fue lo de menos. Al parecer, antes de la invasión de los fanáticos locales, allegados la ADB encendieron una bengala en su sector, situación que fue tomada como una provocación, más allá de que están prohibidos ese tipo de proyectiles en los escenarios futboleros.