Como visitante en el estadio “Omar Higinio Sperdutti”, con arbitraje de Adrián Franklin y por la quinta fecha de la Zona A del campeonato 2021 de la Primera Nacional, Quilmes perdió ante Deportivo Maipú de Mendoza. Lo ganaba bien con gol en el segundo tiempo de penal de Federico Anselmo. Sin embargo, se durmió en dos pelotas aéreas y con dos cabezazos le dieron vuelta el resultado.

El partido comenzó parejo, aunque era el local el que tomaba la iniciativa y trataba de ser protagonista. Quilmes no conseguía tomar la pelota pero tampoco sufría, Maipú no era claro y el partido se hacía parejo y peleado. Los minutos pasaban y el trámite no mejoraba.

En el Cervecero, Jonás Acevedo no lograba hacerse con la pelota, no había cambio de ritmo y tampoco los carrileros tenían demasiados espacios como para proyectarse, en una cancha corta y que no estaba bien. El local ya no dominaba tampoco y salvo con algún remate de afuera o con centros cruzados, ni siquiera inquietaba.

De a poco Quilmes empezaba a tener un poco más la pelota, Acevedo se encendía y los delanteros comenzaban a complicar con la movilidad. Y a los 33 llegó la primera de riesgo, y fue clarísima: corner desde la derecha de David Drocco, rechazo de cabeza, en el borde del área le dio Acevedo de zurda, la pelota pegó en el travesaño, picó en la línea y Tomás Blanco la empujó debajo del arco, aunque el juez anuló el tanto por considerar que el delantero estaba en posición adelantada. En un partido malo y con pocos espacios, Quilmes generaba la más clara.

Y a los 46, tras un buen centro de la derecha, Blanco cabeceó solo y la pelota se fue apenas arriba. Iba a ser la última, porque en los minutos restantes no pasó nada y el juez pitó el final. El empate estaba bien por lo malo que era el juego hasta ese momento, más allá de que el Cervecero había contado con las situaciones más claras.

LO GANABA Y SE LO DIERON VUELTA DE MANERA INSOLITA
En la segunda mitad los dos salieron más decididos, aparecieron espacios y el encuentro se hacía de ida y vuelta. El local trataba de sumar más gente en ataque pero se desprotegía, y a los 9 minutos lo pagó caro. Porque Quilmes encontró una buena contra, la pelota fue a la izquierda para Tomás Blanco, metió un centro pasado, el arquero Juan Bolado salió demasiado lejos y tocó abajo a Federico Anselmo antes de que llegara a la pelota: penal. El propio Anselmo a los 10 lo ejecutó suave contra el palo izquierdo para poner el partido 1 a 0.

A los 12, Julián Bonetto ingresó por Tomás Blanco para darle nuevo aire al ataque. De a poco comenzaba a crecer el local con la necesidad de ir a buscar el empate. Así, llegó por primera vez a los 22 minutos, con una buena jugada individual de José Méndez, un remate de afuera y la pelota se fue cerca.

Para empezar a cuidar el resultado, Adrián Calello y Oscar Sainz ingresaron por Tomás Bottari y Martín Ortega respectivamente. Con el correr del tiempo, Maipú iba cada vez más, y de tanto ir, llegó al empate a los 34. Después de un centro pasado desde la derecha, Juan Alvacete metió un centro contra la línea en la izquierda y desde el suelo, cabeceó solo Álvaro Veliez y puso el 1 a 1.

Quilmes trataba de no caerse y volvía a buscar el triunfo. A los 38, Matías Fernández ingresó por Anselmo y Emanuel Moreno lo hizo por Agustín Bindella. A los 39 llegó el Cervecero con un buen remate de Jonás Acevedo, pero tapó Bolado. Volvió a llegar a los 42 con un tiro libre cerrado de Rodrigo Moreira, y la pelota rozó el travesaño.

Sin embargo, a los 47 iba a suceder lo impensado. Tiro libre desde la izquierda de Franco Moreno al área, cabezazo del recién ingresado Lucas López y adentro: 2 a 1. No hubo más tiempo. De manera inexplicable y con dos pelotas aéreas, Quilmes se quedó sin nada.

DISTRACCIONES QUE SE PAGAN CARISIMO
La derrota terminó siendo injusta porque fue por errores propios en un partido totalmente ganable. Luego de un primer tiempo parejo en el que Quilmes había tenido la situación más clara, lo ganaba bien en el segundo con el tanto de Federico Anselmo.

Cuando el local lo fue a buscar, el Cervecero se cerró y jugó de contra, y desaprovechó algunas como para aumentar. Cuando parecía que no se le podía escapar, en los últimos quince minutos se durmió en dos pelotas aéreas y con dos cabezazos le dieron vuelta la historia.

Una derrota dura por lo inesperada, pero justificada por los errores propios. Fallas que se deben corregir porque en este fútbol, el margen de error es mínimo y el que duerme lo paga.