El tribunal consideró que se trató de un femicidio. Es la primera vez que se usa esta figura para condenar el asesinato de una persona trans. 

El fiscal Gustavo Arocena había pedido prisión perpetua para Casiva, acusado de homicidio calificado por femicidio, hurto calamitoso y daño. Es que además de asesinar a Azul, apuñaló varias veces a una perrita a la que también le cortó una oreja. 

Dos años atrás, en octubre de 2017, Fabián Alejandro Casiva, de la ciudad de Villa El Libertador, mató a Azul Espinosa, conocida como Azul Montoro, de 18 puñaladas, luego atacó a una perra y robó un teléfono celular y dinero.

Azul fue encontrada muerta por una amiga que llegó al departamento a la madrugada. Extrañamente, su WhatsApp seguía activo. La amiga llamó y quien respondió fue Casiva. Su cara quedó grabada. Horas más tarde fue detenido: estaba intentando internarse en una institución de salud mental.

Su abogado usó esa estrategia para pedir su absolución, dijo que Casiva es inimputable porque sufre problemas psiquiátricos. "Sé que no le voy a poder devolver la vida (a Azul) pero estoy arrepentido. No estaba en mis cabales. Lo lamento, de corazón. Sé que es un dolor muy grande", dijo el acusado en su defensa. 

"Fue un juicio muy respetuoso para la familia que sienta un gran precedente", dijo Tomas Aramayo, abogado de la familia. Emocionada, Alejandrina Torres, la mamá de Azul, pudo decir: "Estoy contenta en parte. Se hizo justicia".