(Por *Santiago Flecha) El kirchnerismo logró un aplastante triunfo en las PASO del pasado domingo que lo deja al borde de retornar al gobierno. Tiene fuertes posibilidades de alzarse con la presidencia en los comicios de octubre. La fórmula integrada por Alberto Fernández y Cristina Fernández cosechó algo más del 47% y una diferencia de 15 puntos sobre Mauricio Macri y Miguel Ángel Pichetto, el binomio oficial. Estos guarismos interpelaron a los realizadores de sondeos, si bien anunciaban una victoria de los Fernández, en ningún caso por tal magnitud.

Tanto el porcentaje obtenido como la diferencia alcanzada dejan mal parado al presidente, no sólo en el terreno electoral por lo cercano a lo irremontable sino que complican la gobernabilidad rumbo a las elecciones y al traspaso del mando en diciembre. Puede establecerse una vinculación paradójica entre el actual gobierno y el kirchnerismo. Si la presencia de Cristina Fernández en la oposición pudo beneficiarlo, la victoria en las primarias de la fórmula integrada por la ex presidenta aporta incertidumbre en una endeble economía.

El tercer lugar lo ocuparon Roberto Lavagna y Juan Manuel Urtubey con el 8,3%. Otros tres espacios superaron el 1,5% requerido para competir en las presidenciales. Se trata de los liderados por Nicolás del Caño de la izquierda dura (2,80); Juan José Gómez Centurión (2,63) y José Luis Espert (2,19) con su postura liberal. Cuatro fórmulas no cumplieron el requisito para seguir participando.  

PROVINCIA DE BUENOS AIRES
La desagradable sorpresa también se hizo presente en territorio bonaerense. María Eugenia Vidal, una de las políticas con mejor imagen y que disfruta de reconocimiento a partir de sus gestiones, terminó derrotada y su reelección prácticamente abortada. El candidato del kirchnerismo, Axel Kicillof se posicionó cerca del 50%, estableciendo una diferencia de 17 puntos por sobre la gobernadora. 

Cuesta creer la formidable recuperación lograda por el kirchnerismo tras su oscuro paso por el poder. Esta afirmación no se contrapone a las fuertes dificultades económicas que afectan a buena parte de la población. El peronismo volvió a enamorar. Al matiz kirchnerista le sumó la unidad.

Desde abril del pasado año las penurias económicas son moneda corriente. La alta inflación y la suba del dólar y su correlato en el aumento de precios y en los índices de pobreza crearon malestar. En este panorama la formación de una república, la obra pública, la existencia de indicadores fidedignos quedaron subvaluados.

Difícil panorama afronta Mauricio Macri. Modificar los resultados electorales en las generales de octubre parece una labor imposible. A dicha cuestión no debe dirigir sus esfuerzos. En rigor constituye la menor dificultad. Con un poder erosionado y una frágil economía, su empeño debe concentrarse exclusivamente en llevar adelante el largo y complicado tránsito hacia diciembre, en que deberá transferir los atributos presidenciales. 

•    Santiago Flecha, sociólogo y educador de escuelas secundarias y terciarias de Quilmes