A mediados de 2018 y luego de que sus padres advirtieran su especial interés por la música, Román Olguin, de 8 años, comenzó a estudiar canto en la Sociedad de Fomento “Pueblo Nuevo” (calle 63 e/ 163 y 164 ) de Hudson, a muy pocas cuadras de su casa. 

Con el correr de las clases y ya habiendo incorporado la letra de las canciones que más le gustaban, empezó a cantarle a su abuelo, de 81 años, su principal motivación para iniciarse en esta disciplina, porque además lo incentivaba a que se inscribiera y aprovechara sus cualidades.  

La profunda emoción y felicidad de su abuelo al escucharlo hizo que el niño se preguntara por qué no hacer lo mismo con todos los abuelos de Berazategui, sobre todo con aquellos que se encuentran solos o tienen problemas de salud. 

Fue así que, a comienzos de este año, brindó un mini concierto para los pacientes de la Residencia Geriátrica “La Casona”, quienes lo recibieron muy cálidamente y hasta se sumaron con alegría a algunas de sus interpretaciones.



680 GRAMOS
“Román es un nene muy especial, que nació prematuro extremo, en la semana 27 de gestación y con solo 680 gramos de peso. Se podría decir que luchó muchísimo para quedarse en este mundo y hoy nos da un montón de satisfacciones. Afortunadamente, no tiene secuelas, practica taekwondo y hace unos meses también comenzó a estudiar canto para entretener a su abuelo, a quien le canta todas las tardes”, comenta con orgullo la madre del niño, Carina Fernández, a quien un día su hijo la sorprendió muy gratamente, ya no por su destreza atlética o vocal, sino por su gran espíritu solidario.

“Una tarde estábamos sentaditos acá en casa, conversando, y me dice: ‘Mamá, si yo le canto a mi abuelo y lo hago feliz, ¿por qué no puedo cantarles a otros abuelos que están enfermos o que están solos porque no tienen familia?, para que cada uno de ellos se lleve un poco de alegría’. Para mí, escucharlo hablar de esa forma fue una emoción muy grande”, recuerda esta vecina de Hudson.   

Así fue que decidieron contactarse con la Residencia Geriátrica “La Casona”, donde inmediatamente les abrieron las puertas para que Román comience a cumplir con uno de sus objetivos. Allí, ante un auditorio conformado por la mayoría de los abuelos que se encuentran en ese establecimiento, interpretó canciones como “Celebra la vida”, “Pa' los changos” y “Recuérdame”.



 “Cantar para ellos fue algo inolvidable, una experiencia hermosa. Además, el dueño del lugar me dijo que había una abuelita que no hablaba con nadie y ese día hasta cantó conmigo una canción. Todos se sorprendieron y me alentaron para seguir. Este es uno de mis sueños, quizás el más importante: compartir mi voz y mi música para que la gente pueda disfrutar, sobre todo los abuelos”, expresó el niño, conforme con su primera presentación artística.