Según indicó el abogado defensor del sindicado, Daniel Brola, fueron dos los viajes que el chofer realizó con la presunta víctima: “El primero fue entre las 23.50 y las 0.15; y otro entre las 5.30 y las 5.50. Ella denunció que la violaron entre las 3 y las 5 de la mañana, pero en ese horario él estaba durmiendo en la remisería”, señaló el letrado y añadió que “ya pedimos las cámaras de seguridad y tenemos dos testigos, además de todos los audios y llamados en su teléfono, que entregaremos en Tribunales”. 

En la primera de las comunicaciones, realizada alrededor de las 23.45 con el teléfono de la amiga, la menor habría pedido al remisero que la fuera a buscar al corso de Guido, ya que la habían asaltado y golpeado. “Él la fue a buscar y la llevó a una fiesta en la villa El Monte. La denunciante le pidió que la fuera a buscar nuevamente alrededor de las 5.30, a lo que él le dijo ‘si me despertás, yo vengo’. A las 5.18 lo llamó y él no contestó porque estaba dormido, pero devolvió el llamado a las 5.29”. 

“En el viaje dejó a la amiga en la casa y continuó hasta el domicilio de ella, para luego volverse a la remisería”, relató el Defensor. Además indicó supuestas contradicciones en los dichos de la adolescente, que radicarían en que no habría viajado en el asiento delantero del vehículo, sino detrás. 

PERICIAS
Por otra parte, del reconocimiento médico surgió que la adolescente presentaba una “defloración vaginal de vieja data”, que Brola adujo a abusos anteriores sufridos por la chica a los 8 y a los 10 años. Agregó que de la pericia “no surgió que hubiera tenido un acceso con profiláctico, el cual ella dijo que su agresor utilizó y luego descartó”.

Asimismo, en la declaración testimonial prestada, el imputado relató que “dos semanas atrás ella me comentó que fue a la casa de Tati –la amiga- y estuvo con un chico de 24 años. Me pidió que le prestara 140 pesos y que la llevara a la farmacia porque quería comprar la pastilla del ‘día después’, que la iba a tomar a escondidas de la madre”.