La actividad se realizó bajo el lema “Ojos que no ven, corazón que sí siente”, con el objetivo de transmitir a las personas el riesgo cardiovascular que existe al consumir excesivas cantidades de sal. “Son enfermedades silenciosas que cuando nos empezamos a dar cuenta de que algo anda mal ya tenemos una complicación. Estas enfermedades se pueden prevenir desde lo práctico del día a día, sobre todo desde los alimentos”, explicó Patricia Prokopczuk, referente municipal del programa Redes. 

Por su parte, la directora del programa Proteger, Verónica Barrionuevo, detalló que la jornada fue “una actividad territorial que se está haciendo además en varios centros de salud. Queremos concientizar a la población acerca de los alimentos que consumimos que tienen sal y la importancia de que empecemos a cambiar las conductas de alimentación y hacer actividad física. Esto ayuda a prevenir las enfermedades crónicas”. 

Los vecinos que se acercaron al puesto de Rivadavia y Mitre pudieron hacerse chequeos de talla y peso, índice de masa corporal y toma de glucosa, entre otros estudios. Además contaron con el acompañamiento de la Federación de Panaderos que brindó pan para degustar dando cuenta de que “el pan con menos sal conserva su sabor y es más saludable”. 



EXCESO DE SODIO
Como colación, transmitieron a los vecinos participantes información sobre la cantidad de sodio de los alimentos que conforman, por ejemplo, una picada. “Estos exceden por mucho las recomendaciones máximas: Aceitunas, papas fritas, cosas dulces, bebidas saborizadas y gaseosas colas, entre ellos”, sostuvo Prokopczuk. 

Y agregó: “La gente se sorprende porque no tienen conciencia de la cantidad de sodio que tienen esas cosas. Se puede comer rico y natural con una alimentación conciente”, recomendó. 

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