Del otro lado de las vayas policiales, los vecinos, comerciantes y transeúntes del centro de Quilmes vivieron momentos de incertidumbre y asombro ante la toma de rehenes en la juguetería. Mientras algunos seguían de cerca lo que sucedía en medios locales y nacionales, otros se quejaban porque no podían pasar por allí.
Cabe señalar que durante las dos horas y media que el dueño de la juguetería estuvo cautivo en manos del delincuente, todos los comercios de los alrededores permanecieron cerrados por disposición de las fuerzas policiales y municipales de Emergencias.
Algunos de los comerciantes se quejaron ya que perdieron un importante horario de ventas del día, aunque comprendieron que se debía a cuestiones de seguridad. Los más reacios a acatar las órdenes policiales fueron los transeúntes, quienes reclamaron en reiteradas ocasiones porque debían caminar cuadras demás debido al operativo.
CICLISTAAsimismo, los curiosos no tardaron en llegar y agolparse contra las cintas de seguridad con el objetivo de ver de qué se trataba el hecho. Incluso, una ciclista se mostró más preocupada por quitar su bicicleta que había dejado atada en la esquina de San Martín y Rivadavia que por su propia integridad física, hasta que finalmente y ante su insistencia, la dejaron retirar el rodado, una vez que el delincuente se entregó y se disponían a liberar la zona.