La alarmante noticia fue comunicada por la patronal cerca de la medianoche del miércoles 25, generando una fuerte reacción entre los empleados, que ahora se movilizan "en defensa de sus puestos de trabajo y la continuidad productiva de la empresa".

Según el comunicado de la empresa, el cierre se debe a "una reducción del 63% en su volumen de producción", atribuida a "la pérdida de clientes clave, el aumento en los precios de los insumos y la exigencia de pago anticipado del papel".

Estos factores han profundizado "la crisis de la actividad gráfica", que viene golpeando al sector desde hace tiempo y que en el último año ha derivado en múltiples cierres y despidos en diversas fábricas y editoriales.

CONFLICTO ABIERTO
Los trabajadores de Morvillo se consideran "las principales víctimas de esta situación" y han tomado la decisión de permanecer en la planta "para defender sus puestos de trabajo y los derechos conquistados".

En ese sentido, alertaron sobre versiones que circulan en torno a posibles inversionistas interesados en la fábrica, pero que exigirían "despidos masivos, recortes salariales y la eliminación de beneficios laborales", lo que consideran "un ataque directo a los trabajadores".

Ante este panorama, la Comisión Interna de la gráfica Anselmo Morvillo hizo "un llamado a la solidaridad del movimiento obrero, especialmente al gremio gráfico", para respaldar "la lucha por la continuidad de la empresa y la defensa de los empleos".

El futuro de Morvillo es incierto, pero sus trabajadores han decidido resistir ante "el avance de una crisis que amenaza con sumar otro cierre a la larga lista de empresas que han cesado sus actividades en el último tiempo".